July 31, 2008

De ambivalencia ficticia

No soy una buena persona. Dejando de lado si siquiera existen, sé que no lo soy. Pero, ¿acaso es tan malo? Somos piezas indispensables, infalibles en el escenario cósmico. Ingredientes necesarios para el balance universal.
Entonces, ¿por qué juego a ser "la buena"? Juego, porque no es más que eso.
Soy la villana de mi propia historia. Soy la heroína que no quiso ser. La princesa a la que embargaron el castillo y se vio empapada de realidad.

Y voy a representar dignamente mi papel.

De anticipación e impaciencia

De eso estoy hecha. Nada más.

July 29, 2008

De obscuridad

La sonrisa incómoda regresa hoy con las manos vacías y los ojos insistentes. El calor que provocó ayer en mí se ve reemplazado por un amargo hastío.
Me recuerda lo sombríos que pueden ser los barrios de mi interior. Disputándose el territorio; riñas constantes entre palabras, sonidos, personas y fantasmas.
Cerraduras que no logro cerrar. Cerraduras que debieran permanecer vírgenes y mi necedad corrompe.

Llaves extraviadas por doquier...

July 28, 2008

De catarsis literaria

¿La enfermedad o la cura?
La incapacidad de relacionarnos de forma sana y "objetiva" con nuestras afecciones si no se ven plasmadas en papel o en digital, o la simple purga de lo que sentimos por medio de una extensión gráfica del alma.

Forzamos la escritura y escribimos cuando la necesidad nos forza. Cuando la pleura se achica y congela los pulmones, cuando los sentimientos se vuelven líquidos y nos aguan las pupilas, cuando el gritar se queda corto. Escribimos en días como hoy, aunque no haya nada qué escribir.

De calor "humano"

El suelo se siente frío bajo el resguardo de piel, clavos y madera. Más fría se siente la pleura.
Una incómoda sonrisa, una mano tendida, una paleta y un chocolate brindan tibia esperanza a las suelas bajo mis pies.

July 25, 2008

De segundos eternos

Me siento aquí a solas con la mañana y un libro a medio leer, esperando una señal, una resolución, algo que me indique el camino.
No. Sé cuál es el camino, lo que espero es algo que me facilite el recorrido, que me haga olvidar las fantasías sembradas en la vereda tangente y me recuerde las brillantes promesas del suelo que aún piso y que parece ceñirse en torno a mis pies, como queriendo atraparme, ignorante del por qué.

He dado el primer paso, flaqueando en mi andar, pero decidida. El suelo familiar me recibe regocijado. Aún no sé si me arrepiento de verdad o por mero capricho pero el tiempo parece ir difuminando los contornos de las efigies imaginarias. Nostalgia por momentos que no han sucedido, que no sucederán; imágenes que se pierden en supuestos lares de la memoria.

Me refugio en la mañana, un libro y la soledad.

July 16, 2008

De la esperanza

Tengo tantas ganas de sentir esa abrasadora inquietud bajo las yemas de mis dedos
Y trazar círculos y estrellas con ellas sobre tu piel...
Soltar tu cabello e imaginarlo fluir entre mis manos
Dibujar con una caricia el contorno de tu boca

Respirar tu aliento mientras recortas mis alas y mi espacio
Escuchar tu palpitar en contrapunto con el mío
Fundir tus labios sobre los míos. Fusionarnos.
Y descubrir que no hay nada más, sólo ganas y ansiedad.

July 11, 2008

Bailando con mis demonios

Ayer fue un día raro. Memorable por ponerlo de alguna manera. Tal vez haya sido un día decisivo.
De pronto sentí cómo las luces perdían vida, la música se volvía cada vez más lenta, tentadora, y los miré a los ojos. Relucientes de ira y ansiedad. Algunos de ellos eran menudos, de aspecto débil; otros eran más intimidantes, como si con su simple presencia pudieran reducirme a cenizas.

El primero en tomar mi mano y mostrarse un poco menos amedrentador era el más grande ellos; un demonio robusto y de semblante duro, no tan atemorizante como el que me miraba desde atrás, pero con un aura de peligro al rededor.
Me tomó fuertemente por la cintura mientras yo cerraba los ojos y olía una mota de algodón bañada en abundante alcohol para refugiarme en una deliciosa e imaginaria inconsciencia. Temblaba hasta el tuétano. Él se esfumó para cuando abrí los ojos. No sé si volverá.

El segundo... tuve más tiempo para prepararme para éste. Además, era el más escuálido de ellos. Se me antojaba casi insignificante. Bailé con él, al principio él me llevaba pero no tardaron en invertirse los papeles. Giré, me contoneé, incluso sonreí un poco. Al final un leve murmullo se había vuelto carcajadas. Terminé disfrutándolo.

El tercero de ellos emergió de las sombras. Cruzando la imperceptible frontera de la existencia. Se me acercó con los ojos clavados en los míos. No los apartó ni un instante. Dolía. Tampoco me dirigió palabra alguna y, sin embargo, supe exactamente lo que me quería decir.

Jamás me tendió una mano ni hizo un ademán de buscar mi compañía pero ambos nos dirigimos a la pista, temiendo lo que nos esperaba. Nunca nos tocamos, no hubo ni el más mínimo roce entre nosotros. Mantenía receloso su distancia y yo lo agradecía profundamente.
Terminó la música y seguimos sin movernos. Él no se despidió, me observaba fijamente mientras yo me marchaba.
Despertó conmigo y sigue a mi lado. No sé si hablarle o ignorarlo.

El último no era un demonio más bien pareció ser una hebra destejiéndose del alma que, perdida y sola, prefirió entregarse a la música y resguardarse en mis brazos. Sé que debería remendarla y devolverla a su hogar pero estoy muy cómoda sintiendo su sedosidad mientras resbala entre mis dedos.

De crujientes hojas muertas

¿Cómo escoger entre sobresalir, entregándote a la conveniencia y el profesionalismo; o estancarte en la mediocridad, manteniendo y respetando uno de los cánones morales más arraigados en nuestra cotidianeidad: la amistad?

En esto me pongo a pensar después de escuchar los experimentos de cinco almas amalgamándose en un escenario, abriéndose e invitando a la exploración de pasajes ocultos por la carne y el silencio. Despejando sendas cubiertas de hojas muertas que crujen al ser pisadas por los pies de dueños que no han aprendido a volar.

Esas veredas podrían ser más verdes, más frondosas y sensuales si se prescindiera del quinto ente, que confunde los caminos y crea innecesarias intersecciones, guiando a los visitantes por caminos imprecisos y nublosos, adversos; retrasando a las otras cuatro ánimas, impidiéndoles llegar al claro que tanto han anhelado.

¿Cuándo debe tomarse la decisión correcta? ¿Cuál es la decisión correcta? ¿Qué vale más? Alcanzar ese lugar donde el bosque y los senderos se desdibujan y, de algún modo, trascender. O mantenerse unidas las cinco almas, con sus excursiones, afalbes pero infructíferas hasta que alguna de ellas desista extenuada.

July 04, 2008

De princesas y unicornios

No. No creo en el para siempre. Nunca he visto uno y, aunque el escepticismo no es uno de mis más marcados rasgos, no ha habido nada más allá de los cuentos de hadas que me anime a albergar la esperanza de que exista. Pero, ¿de verdad es tan malo no creer en ello? Puede ser mi inherente fatalismo, yo prefiero convencerme de que se trata de una necesaria dosis de realismo; pero, ¿acaso no me salvará de decepciones que, de otro modo, resultarían desgarradoras? Un sólo aliento, un sólo instante puede cambiarlo todo. Esfumar el mundo conocido y conducirte a tierras lejanas que se construyen a cada paso bajo tus pies.

Elijo no engañarme; entregarme al presente en escencia y materia por completo, sacarle jugo a las alegrías y ver la poesía develada en las tristezas. Y vivir mi final de cuento, "feliz por siempre", hasta que llegue el nuevo día y haya de recomenzar.

July 01, 2008

De diorita o alabastro

¿Quién eres tú y por qué te atreves a aparecerte en mi camino sin previo aviso, sin una advertencia? ¿Quién eres que puedes llevar esos haces de luz en vez de ojos y dirigirlos hacia mí sin reparo? ¿Acaso no ves que me calcinan el alma y la dejan inservible? ¿No ves que no necesito esa abrasadora duda de intangible y pétrea caricia?
¿No te das cuenta de que, dentro de los límites de estas murallas, suficientes ídolos de fina piedra se yerguen ya? ¿Qué vienes a quitarme? ¿Qué podrías tú darme?
Se me escapa el aire ante esta sinrazón mientras tú sigues siendo esa fría estatua de semblante inocente. ¿Qué podrías perder tú? Inalcanzable... el pedestal en el que naciste te mantiene a salvo.