June 30, 2008

Hoy no

Es un mundo raro éste en el que despierto hoy, un rompecabezas al que parecen faltarle piezas; puedo comprender el paisaje pero, incompleto, no logra transmitirme nada más allá de su existir. Está y sólo eso. Late sin hacer mucho ruido, casi como utilería de fondo.

Busco palabras porque me invade la necesidad de escribir pero no logran encontrar su camino hacia mí.
Sólo las pequeñas sombras irregulares donde se desdibujan las formas del rompecabezas son reales.
Música vacía, ojos sin brillo, ausencia, presencia irrelevante, intrascendente. Nada más.

June 08, 2008

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Hoy tengo una sensación que se parece más a un malestar. Emana del centro de mí, como del estómago y emula a una fuerza magnética; repele y atrae simultáneamente todas las emociones que habitan mi cuerpo. Escucho como por necesidad a Depeche Mode, al parecer contrarresta el efecto o lo dirige hacia otras tierras un poco más arriba, donde vive el corazón.

Esa sensación... Podría ser la frecuencia de la voz; haciendo eco en el resonador más bajo, oprimiéndome el pecho, pero se siente más como un vacío. Como que me falta algo, algo que no existe, que no se ve, que no tiene precio ni olor. Pero me falta y lo sé. Lo siento, los siento, nos siento.

Si tan sólo hubiera una manera...

June 05, 2008

No fumo, gracias

Así comenzó el distanciamiento y a ello sobrevino nuestra inevitable decadencia. Él se dio a la bebida y la poesía de Blake era la única fémina por la que se dejaba acariciar; posando un puro sobre su labio inferior (¡Oh, cómo odiaba esos puros!) le hacía el amor a las vastas y rugosas páginas.
¡Cuántos celos y cuánta rabia me provocaba!

Yo por mi parte me dediqué a lo que comunmente se le podría denominar apantallar pendejos. No me intersaba intercambiar sabiduría si no era con él y buscaba quién me escuchara, atento aunque sin comprender palabra alguna, con un antifaz tejido de supuesta asimilación. Alimentaba con ignorantes mi megalomanía.

Volví para encontrarme con el silencio de su corazón. Me sonrío la idea de que, tras su intenso orgasmo, el influjo de sangre lo había dejado agotado al punto en que tuvo que dejar de cantar.
Pensé en sus enseñanzas y en mis reflexiones y quise tenerlo por siempre ahí. Así lo dispuse.

Cuando todo hubo acabado me entregué yo también al robusto placer que acompañan los puros; claro, los míos eran invisibles. Me regocijaba con masoquisomo en su escencia a tabaco y nostalgia.
Eché una breve ojeada más.

De violenta necesidad

No hay tanto más que pueda llenar el ambiente como cuando se produce el eléctrico roce de la mano deseada sobre la piel y un vaho ansioso se fuga con el aliento para pintarlo todo con paisajes de violenta necesidad. Cuando las chispas hacen vibrar cada célula hasta percibir la misma célula del cuerpo contrario; incitando a explorar los senderos de sus siluetas y sombras. Cuando predomina el instinto animal sobre el sentimiento, volviendo añicos las doctrinas del amor arquetípico y, más allá del deseo y la pasión, quedan los ropajes, los miramientos y la razón. Después, todo se envuelve en una sinfonía de explosiones e implosiones simultáneas de placer con matices rojos, rosas, canela e incolor hasta que, abruptamente, se desdibujan los paisajes y se tiñen las paredes de renaciente realidad. La R vuelve a hacer estragos en el pensamiento. El vaho desaparece y la atmósfera se aligera.

Ansío electrocutarme otra vez...


June 04, 2008

R

Esta noche decidí que mi letra favorita es la R; y es que ¿cuántas otras letras son capaces de transmitir lo que ella, aún sin querer hacerlo, refleja? Su fuerza, su elegancia seductora, su poder. ¿Cuántas otras se dan el lujo de tener tal presencia y, a la vez, ser lo suficientemente elitistas para no dejarse pronunciar dignamente por cualquiera? ¿Cuántas más poseen sus capacidades de poeta y dramaturgo?

Y qué decir de las palabras que la atesoran; con toda la gracia y elocuencia de un soplo conducido por la punta de la lengua a lo largo de todo el paladar, para culminar en un estallido y acariciar los labios al salir: Amor, rdido, tristeza, romance, remoridimiento... O esos escasos y suertudos fragmentos de lenguaje en las que la R se deja preceder por su coqueta gemela; volviéndose tan intensamente desconcertantes y cáusticos. Esos vocablos que resuenan en el eco de los pensamientos en ambivalente sentir. Palabras como arrepentimiento y arrebato. Palabras tan familiares y, al unísono, tan imposibles de asir. Palabras cuyas acciones pueden cambiarlo todo para transformarlo en un nuevo principio o en un súbito e irremediable final.


June 03, 2008

Patético cliché

Es inútil que pretenda negar lo evidente: soy miembro honorario del club de enamoradizas idealistas e incurables. De esas enamoradizas que, para colmo propio, persiguen seres fantásticos.

Nunca lo he conocido, ni sé su nombre o dónde vive pero sé que tiene el hábito de vagabundear por mi mente, despreocupado mas sin relajar jamás su elegante postura. Su cabello es color azabache; largo, aunque no demasiado y se ondula levemente y con suavidad sobre su rostro. Su tez es lúgubremente pálida y enmarca unos ojos cuyo color aún no decido; se me antojan de un negro tan brillante que el más fino satín envidiaría o de un obscuro esmeralda, con una seductora profundidad, intrigante y mordaz. Sus cejas pobladas, más angulares que arqueadas, disponen un perfecto contraste con su desvaída piel.
La recta nariz es pronunciada sin caer en el extremo de la proporción y sus labios parecen haber sido dibujados por el más talentoso artista, matizando sus ángulos y tonos irresistibles y abriendo paso a unos dientes relucientes y perfectos, con un intimidante detalle, posiblemente letal pero totalmente magnético: Unos filosos aunque no muy largos colmillos que ansío con vehemencia sentir hundirse en mi piel.

Su cuerpo es delgado pero musculoso, como un ensayo de anatomía hecho por el Sol y la Luna, con cada valle, colina y sendero justo en el lugar apropiado. Da la impresión de ser un tributo a la perfección masculina en sólido marfil. Las líneas de su quijada son asombrosamente rectas.

El interior es igualmente atractivo; con una madruez, experiencia, cultura y sabiduría que sólo la eternidad pueden proporcionar. La inteligencia y el ingenio no le dan la espalda. Tiene la voz de un Bassbariton Italiano o Alemán, el alma de poeta y las manos de músico. Su mente me evoca a la de un filósofo existencialista y su forma de mirarme a la de un lobo hambriento. Conserva aún la galantería habitual de antaño pero en sus pasiones desata los instintos más primitivos, salvajes y placenteros de ambos.

Me pide que lo encuentre a pesar de saber que mi búsqueda será mucho menos que fructífera y, aún así, me aferro; plenamente consciente de que busco a una criatura que, según mi precognición, sólo existe en un cuento aletargado, esperando a ser escrito por mí.