Sentada al borde de tu abismo
recordando el ardor de tu caricia
tiemblan mis piernas hambrientas,
insensibles a tu ausencia
Mas te pienso y más me tocas
a través de minutos y pasos
que se pierden y desnudan en llanto
de ojos mordidos de lujuria
Y puedo tenerte si quiero,
con sólo abrir el cofre en que te guardo
Cierro los ojos ante la nada,
nada imperceptible, nada inmutable
... nada que recuerda tu olor...
Saco del cofre nuestras pasiones
bañadas de uñas y dientes,
de sombras mutiladas
de caricias silentes y risas nerviosas
...las estiro y las cuelgo sobre mi cama...
las respiro...
las siento...
... las muero
pero tu abismo mantiene su silencio;
celoso de que pueda corromperlo,
o, peor aún... tolerarlo
...se desvive en intentos por desquiciarme
y es que no entiende que mi canto es tu risa
y mi muerte tu morada
ni sabe de la marca en tu espalda
o del pudor olvidado entre las sábanas
pero sabe de la distancia y la impotencia
y sabe del olvido al que me entrego;
me recuerda que fallo a cada intento
y sonríe al ver el llanto de mis huesos
la nada se dispersa y me revela tu imagen
solitaria entre las olas de aire y de suspiros,
y, desesperada, te bebo a sorbos
te hundo en mi cuerpo y eres parte mía
pero una gota resbala por mi rostro
...despierto a cada instante...
una segunda gota se escabulle
y sangra la idea de perderte;
te siento escapar con la tercera...
aprieto los párpados para atraparte,
la nada acaricia mi espalda y juega con mi cabello
para hacerme sensible a tu ausencia
para vestir los minutos y pasos
tu abismo ha roto el silencio...
las sombras recogen sus miembros, apenadas
no ríes...
no canto...
no somos...
...ya se ha llenado el vaso de agua...
nov05